Ondulada, curvilínea y semi boscosa, la cara sur de esta sierra se refleja como un espejo en la Laguna Azul.
Excluida del Parque Nacional Torres del Paine, permanece justo en el límite este, pero ello no refleja falta de monumentalibilidad ni estética del paisaje.
Verás guanacos habitando sus laderas y cóndores sobrevolando a sus alturas. Sus bosques que varían entre lo denso y lo holgado generan zonas de corta viento que si la pendiente no fuese una problemática se convertiría en una zona de habitabilidad paradisiaca.
Geolectura
Prefiero pensar en los bosques como seres antiguos, tan antiguos como las rocas, es decir de millones de años de edad. Un árbol no existe en solitario, existe ligado a miles de otros árboles a través de sus raíces, el organismo vivo es “el bosque”.
El bosque nunca muere, sólo mueren los árboles, quienes retroalimentan el sistema, retrocede y avanza siguiendo la danza de los hielos, cubriendo y protegiendo el suelo. Siempre presentes, los Nothofagus han estado aquí por más de 68 Millones de años, así lo demuestra el registro fósil del valle del río Las Chinas.
Vinieron de Antártica, antes de que el continente fuera de hielo, se cree que cruzaban por un angosto puente de tierra que conectaba con Sudamérica cuando el nivel del mar descendía. Compartimos de estas antiguas especies de Nothofagus con Australia también. Hace más o menos 30 millones de años, se abrió el pasaje de Drake, por los movimientos del manto profundo, se formó entonces la corriente marina circumantártica, se congeló Antártica y desde entonces nuestros bosques quedaron separados de sus primos al otro del mundo.