Con un manto verde y tupido, el cerro del Indio se muestra a las espaldas de Puerto Williams, la ciudad más austral del mundo y capital de su comuna: Cabo de Hornos.
En invierno su cumbre rocosa y nevada deja ver su considerable altura, una geografía generosa, que como un abrazo de manto topográfico protege del viento austral a los isleños del poblado de Williams.
Como es cotidiano la acumulación de nubes en los cielos de Navarino, se ven a diario sus sombras proyectadas sobre el Cerro del Indio, lo que acusa su morfología ondulada, puesto que estas sombras de nubes avanzan rápidamente por sus laderas a causa del tedioso y violento empuje de los vientos patagónicos.
Geolectura
Un aspecto que resalta la belleza de este remoto paisaje radica en el marcado límite de vegetación que caracteriza a esta zona de clima semi-polar.
En Navarino las condiciones de viento y bajas temperaturas impiden que la flora prolifere por sobre los 600 metros de altura, marcando un contraste exagerado entre la verde vegetación de la tundra subantártica y las áridas cumbres de los Andes Patagónicos.
Líquenes y musgos dejan de crecer abruptamente, sin espacio de transición, una vez la aridez del aire, la temperatura del suelo y la precipitación media se torna desfavorable.